En un profundo y emotivo mensaje, los Obispos de la Diócesis de Quilmes, Carlos Tissera y Eduardo Redondo, invitaron a la comunidad a celebrar la Navidad "abriendo las puertas al Redentor, con un espíritu de esperanza, fraternidad y justicia social".

El mensaje llega a pocos días de la apertura de la Puerta Santa del Año Jubilar 2025, un gesto simbólico que marca el compromiso de la Iglesia con la reconciliación y la fe.

“La Navidad nos invita a abrir las puertas al Redentor. Abrir puertas es tener esperanza”, señalaron los obispos, destacando la importancia de estar preparados tanto para recibir como para salir al encuentro del otro. En su mensaje, recordaron que Jesús es la verdadera puerta de salvación y animaron a los fieles a imitar su ejemplo de humildad y amor.

Inspirados por las palabras del Papa Francisco, los obispos instaron a transformar este tiempo de crisis en una oportunidad para la esperanza. “Mientras disfrutamos la alegría de encontrarnos con los nuestros, pensemos en las familias heridas por la vida y en aquellas que enfrentan dificultades por la falta de trabajo y de lo necesario para vivir”, señalaron, citando el mensaje navideño del Sumo Pontífice de 2022.

El mensaje también puso énfasis en la necesidad de responder a la pobreza, la indigencia y la inseguridad alimentaria que afectan especialmente a niños, niñas y adolescentes en Argentina. Recordaron que Belén, lugar de nacimiento de Jesús, significa “Casa del Pan”, y animaron a compartir el pan con quienes más lo necesitan.

Los obispos destacaron la importancia de no caer en la indiferencia, una “enfermedad grave” que aqueja al mundo actual. En este sentido, recordaron a los migrantes, refugiados, marginados, personas solas, ancianos y presos, invitando a abrir el corazón y las puertas al amor y la solidaridad.

En un contexto de crisis socioeconómica, el mensaje navideño de los Obispos de Quilmes se convirtió en un llamado a la acción concreta y al compromiso con los valores del Evangelio. “Queremos transitar los caminos de la solidaridad y la justicia social; el camino evangélico de la fraternidad”, afirmaron, reafirmando el objetivo de ser “peregrinos de la esperanza” en este tiempo de adversidad.

El mensaje concluyó con un deseo para toda la comunidad: “Hermanas y hermanos: ¡FELIZ NAVIDAD!”. Una invitación a vivir estas fiestas con un espíritu de fe, generosidad y esperanza renovada.