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23-07-2012

Médico quilmeño en el “Pole” del TC Rioplatense

El  tesorero del Círculo Médico de Quilmes, Carlos Sinagra, logró el segundo puesto de la edición del TC Rioplatense del pasado domingo 8 de julio. Apasionado por el automovilismo, el médico quilmeño es un ejemplo de tenacidad.

Venciendo la falta de presupuesto y las complejidades de una disciplina en la que la vida se pone en las manos de un destino a veces  trágico, Sinagra lo resume simple: “La pasión lo puede todo.”

Hace años corre. Con esfuerzo, sacrificio. Lo ayuda un grupo de amigos a los que les dedicó el triunfo y todo su agradecimiento. El trofeo fue a las manos de Rosa, su esposa, esa mujer que hoy hace malabares para evitar que Facundo Sinagra, con 19 años, y heredero de la pasión paterna, “se suba” y la tenga con esa adrenalina que cada domingo sufre cuando Carlos se pone en manos de su pasión y desafía cualquier riesgo. Carla, de 24 y Lucia de 15, asoman también “fierreras”, como el padre.

Sinagra  empezó corriendo en 1996 dentro del Turismo Carretera como acompañante de Hugo Rodriguez y en 1999 empezó su travesía “solista”. “Los acompañantes dejaron de existir hace tres años por una cuestión de seguridad. Los golpes laterales con los que te matan y si algo pasa, es mejor que el riesgo lo sufra uno solo”, cuenta con una naturalidad casi solemne. El domingo 8 de julio logró, en la edición del TC Rioplatense, el segundo puesto. Cuenta que pensaba retirarse ya, pero que este triunfo “Me dice que siga, que se puede, que no hay un problema de conductividad y que la máquina responde.”
Esa máquina es la “Chancha Cervecera”, un Dodge  que conduce, pero que cuida un equipo “de amigos” que integran Gastón Salgado, Cristian y Arnaldo Trombini, Ruben Goto, Rafael Baldoni, Roberto Caratti, Marcelo del Valle y Pedro Rivero. “Les estoy muy agradecido a ellos, que hacen un trabajo desinteresado y ayudan en este sueño”, cuenta.

“Esto es constancia, empujar. A veces uno está adelante y se da cuenta que la máquina empieza a tener problemas. No querés dejar, pero son los momentos en que tenes que tener la cabeza fría y pensar. Sabes que si forzás la situación y rompes el auto va a costar mucho recuperarse, todos es muy costoso y se hace a pulmón. Entonces hay que saber parar aunque duela..”
El domingo 8, Sinagra llegó a un lugar de privilegio y lo hizo según el mismo dice, una vez más, gracias a esa suerte de conjunto de magos que afirma “Hicieron un auto contundente sin plata.”

Los momentos difíciles: la vida no se piensa
Quien corre sabe que la muerte, la tragedia, la herida difícil, son una sombra. Pero no solo la propia, también la ajena. La anécdota difícil aparece y también la reacción. “Recuerdo un momento terrible cuando en plena carrera vi que Gabriel Bruni, un corredor de Berazategui, había tenido en pista un accidente feo. No lo pensé ni un segundo, paré y me bajé para asistirlo. Uno sabe a lo que se expone, los golpes laterales son los más temibles.” Como el mismo afirma, aquella vez “me salió el doctor de adentro”, y solo volvió “Cuando vi que se recuperó y ya estaba atendido en forma segura.”
“A veces hay cosas que a uno lo golpean mucho. Lo del chico Falaschi por ejemplo, fue terrible para todos. Pero no solo eso, hay muchachos jóvenes que han quedado cuadripléjicos por ejemplo, como Guido Salerno…es difícil. Lo que pasa es que la pasión es más fuerte”; define, inapelable.

Los herederos
Facundo “Quiere subirse”, dice el padre. La madre protesta y retrasa los momentos. Algo de temor que lucha con el orgullo de la pasión heredada se ve en los ojos de éste médico lleno de tesón que despertó la alegría del resto de los corredores cuando desde el podio mostró que todo se puede cuando se desea desde lo más hondo. A Sinagra padre le brillan los ojos cuando habla de su hijo y su deseo que no quisiera, pero que lo enorgullece. Por eso mira por la ventana,  le sonríe al horizonte y dice, pícaro “Y…va a ser difícil decirle que no.” No solo a él, parece que también a Carla y Lucia.