06-09-2024

"El peligro de aumentar tasas municipales en tiempos de crisis"

"En un momento crítico donde el gobierno nacional busca aliviar la carga fiscal de los ciudadanos y controlar la inflación, la decisión de algunos intendentes de incrementar las tasas municipales es, a todas luces, una muestra de desconexión con la realidad".

Para Carlos Vargas Eguinoa, vicepresidente de Apertura Republicana de la Provincia de Buenos Aires y gerente general del INCAA, bajo la excusa de la autonomía local, “algunos jefes comunales parecen más interesados en mantener sus recaudaciones que en el bienestar de sus comunidades, ignorando el impacto negativo de sus medidas en la ya golpeada economía de los hogares”.

Para Vargas Eguinoa, el caso del municipio de Lanús es un claro ejemplo de este despropósito: “El intendente decidió elevar la tasa de Seguridad e Higiene de un 2,76% a un desmesurado 6% sobre la facturación de los supermercados. Este aumento no sólo es abusivo en comparación con la alícuota del impuesto a los Ingresos Brutos provincial, sino que inevitablemente se traducirá en un incremento de los precios que pagarán los consumidores por los productos de primera necesidad. En lugar de proteger a sus vecinos, este tipo de políticas los castiga aún más, especialmente en un contexto donde el consumo sigue siendo débil y la inflación, una amenaza constante”, afirmó.

Resulta alarmante la disparidad en las políticas fiscales adoptadas por distintos municipios, lo que deja en evidencia que algunos intendentes prefieren “decisiones ideológicas en lugar de pragmáticas".

Vargas Eguinoa continuó: “Mientras en Lanús se opta por ahogar a los contribuyentes, otros municipios, como Tres de Febrero y Capitán Sarmiento, demostraron que es posible reducir las tasas sin sacrificar la recaudación. Estos ejemplos deberían servir de guía para los intendentes que hoy priorizan su caja antes que el bienestar de sus ciudadanos. ¿Por qué algunos optan por la vía fácil de aumentar la presión fiscal cuando hay alternativas más sensatas y menos dañinas?”, se preguntó.

“En muchos municipios llegan al absurdo de imponer tasas que rozan lo ridículo. Desde la ‘contribución forestal’ por plantar un árbol, hasta el ‘impuesto al calco’ por mostrar los medios de pago aceptados en las vidrieras, estas medidas no sólo carecen de sentido, sino que también reflejan una peligrosa tendencia a ver en los contribuyentes una fuente inagotable de recursos. Este tipo de políticas fiscales no tienen justificación alguna y sólo profundizan la desconfianza de los ciudadanos hacia sus autoridades locales”.

En este contexto, el ministro de Economía, Luis Caputo, fue categórico al señalar que “la baja de la inflación es innegociable", sin embargo, los intendentes que insisten en aumentar las tasas, parecen más interesados en sabotear los esfuerzos del gobierno nacional que en colaborar para lograr una economía más estable. “Esta actitud no sólo es irresponsable, sino que también pone en riesgo el desarrollo económico de sus propios municipios, ya que las empresas y los comercios locales, agobiados por los impuestos, podrían verse obligados a cerrar o a reducir sus inversiones”, expresó Vargas Eguinoa.

“Los intendentes que persisten en estas políticas fiscales asfixiantes están dañando a sus comunidades, corriendo el riesgo de condenarlas a un estancamiento económico prolongado. En lugar de cargar aún más a los contribuyentes, deberían enfocarse en gestionar de manera más eficiente los recursos ya disponibles y reducir el gasto público innecesario. Es inadmisible que, en plena crisis, algunos municipios actúen como si la solución a todos sus problemas fuera simplemente recaudar más, sin considerar las consecuencias a largo plazo”, agregó.

Es hora que los intendentes “comprendan que su responsabilidad es con los ciudadanos, no con las arcas municipales”.

El funcionario nacional para concluir afirmó: “El aumento de las tasas en un momento tan delicado es un error estratégico y una muestra de falta de liderazgo y visión. Los municipios deben ser parte de la solución, no del problema. Gestionar con eficiencia y empatía, en lugar de exprimir a los contribuyentes, es la única vía para asegurar un futuro más próspero para todos”.