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17-05-2012

Los intereses en pugna en la disputa Scioli - Mariotto

Otros tiempos: Daniel Scioli junto a Gabriel Mariotto.


Por Mariano Massaro *



La posición dominante de algunos grupos mediáticos en nuestro país, han tenido la capacidad de inocular en la agenda discursiva de la oposición, heterogénea por cierto, y en un sector de los argentinos, el concepto descontextualizado de “consenso”.  La operación discursiva busca desprestigiar la disputa política de intereses contrapuestos, exigiendo desde algunas tribunas de tabloides, el fin de la política en pos de un acuerdo general, un consenso unánime. Esto representa un absurdo; pero un absurdo interesado, puesto que busca evitar que suba a la superficie el conflicto de intereses entre las corporaciones económicas y el pueblo, y el juego que esta discusión traduce en los partidos políticos.



La otra cara de esta misma moneda, se condensa en otra operación discursiva en la cual se afirma que el “poder” se condensa en el Estado, desconociendo realidades tales como que algunas empresas son más poderosas que varias provincias, o desconocen  el poder del capital concentrado y sus extensos brazos. Dichos esto, éste es el mar de fondo en el cual se mece la última tormenta mediática de la política, es decir, la disputa Scioli - Mariotto.



Las recientes declaraciones  del gobernador Daniel Scioli a Radio Rivadavia, en la cual expresó: “yo tengo mis aspiraciones presidenciales de cara al 2015”, reflejan con fidelidad un hecho que todo el munda sabia. Efectivamente, los deseos de Scioli son legítimos e incuestionables, más allá de la cuestión de oportunidad, con tres años y medio de antelación. Las tensiones políticas entre el kirchnerismo y el sciolismo están vinculadas a otras cuestiones de mayor complejidad: que proyecto político y que intereses representa cada cual?



La nueva embestida campestre, en esta ocasión, intenta oponerse a la reforma impositiva que busca actualizar las valuaciones fiscales -base imponible- de los terrenos más fértiles de la provincia de Buenos Aires.  Esta incipiente presión fiscal, podría enmarcarse entre las acciones a las que se vio forzado el ejecutivo bonaerense frente a un déficit de sus arcas que actualmente ronda los $ 24.204 millones de pesos.  Sin embargo, esta es una de las medidas que el sciolismo intentó retrazar sistemáticamente, para no afectar a los sectores con los que sostiene cierta afinidad, y quienes ven en él una salida para representar sus intereses.



Medidas tales como refuerzo de la presión impositiva en patentes de alta gama o  aumentar lo que la provincia recauda por el juego, donde los rangos de acumulación de ganancias son siderales, daría muestra de que camina una política más cercana al kirchnerismo. Pero en momentos en que Scioli tiene que re negociar los contratos con las empresas del juego como Boldt, la presión fiscal a los sectores más pudientes, no se concreta. La opción siempre es la misma.



Con independencia de la alta imagen positiva del gobernado, la cuestión pasa por transparentar, sin hipocresías, a que sectores se representa. Boldt, las cámaras patronales agropecuarias o la policía bonaerense, representada por el ministro de Justicia, Ricardo Casal, parecerían no estar vinculados a un proyecto nacional, popular y democrático.



La reciente visita que hizo Scioli al actual intendente de Tigre, Sergio Massa, aliado político, es parte del armado anti-k, que construye el gobernador, con vistas a sus aspiraciones presidenciales. El dirigente de Tigre, es el mismo que fue denunciado en el libro de Santiago O´Donnell, Wikileaks, donde narra la anécdota en la cual Massa, ejerciendo su cargo de  jefatura de ministros,en una reunión con empresarios extranjeros, cometió el exabrupto de  sugerirles que no inviertan en Argentina, porque no era un bueno lugar para invertir. El mismo, que se mostró incómodo cuando se terminó con el negocio de la AFJP, demostrando los vestigios de una ideología neoliberal.



La escalada entre Gabriel Mariotto y la gobernación bonaerense, en la cual se acusó al vice gobernador, en boca de la ministra de Gobierno, Cristina Alvarez Rodríguez, de: “poner palos en la rueda”, discurren en la búsqueda de blanquear los intereses que representan las diversas tendencias al interior del kirchnerismo, y reorientar las representaciones políticas en diversos partidos políticos, buscando re legitimar el sistema de partidos, permitiendo al electorado tener claridad sobre quien es quien, y como consecuencia necesaria, fortalecer nuestra  democracia. 



* Mariano Massaro es Secretario de Organización de la Asociación Judicial Bonaerense de Quilmes