10-05-2012

Malvinas e YPF, disparan el debate sobre los intereses que representa la prensa hegemónica

Por Mariano Massaro*

en las próximas Olimpíadas, Londres 2012. Una saga de imágenes que recorre puntos icónicos de las islas Malvinas es el telón de fondo donde Zylbergberg entrena. El cansancio, el dolor, no importan, él logra superarlo al ritmo de una cortina musical que entrega un clímax adecuado para cumplir con su objetivo, emocionar. La publicidad, que se presenta como un homenaje a los caídos y veteranos, según expresaron sus realizadores, remata expresando que: “entrenamos en suelo argentino para competir en suelo británico”; una joya fílmica.

Las repercusiones que motivó el spot, no se hicieron esperar; tanto los kelpers como los británicos manifestaron su rechazo por diversas razones, lo cual parece razonable, puesto que la realización publicitaria funciona como parte de la denuncia sobre la usurpación inglesa de Malvinas.

Pero lo que sorprendió, fue el trato informativo que le dio la prensa hegemónica nacional, la cual puso en primer plano las reacciones inglesas, editorializando las repercusiones a tal punto que, podría afirmarse, que actúan los intereses británicos.

EL POLEMICO SPOT INGLES

En contraposición, éstos mismos multimedios no expresaron una sola palabra sobre otro spot publicitario, en este caso ingles, recientemente difundido, y en el cual se muestra uno de los buques insignia de la marina británica, el destructor HMS Dauntless, que fue despachado con rumbo hacia las islas Malvinas.

El buque de última generación, con gran capacidad misilística, según reza el presentador del spot, tendría el suficiente poder bélico de dar batalla él solo, a toda la aeronáutica argentina. En este caso, el remate ingles deja en claro que si bien no van a combatir, están preparados si fuere necesario.

La presencia de este buque, la importante guarnición militar en las islas, la presencia de un submarino nuclear en las inmediaciones de los mares del sur, configuran a todas lucen un proceso de militarización de la zona, el único en todo el sur del continente.Sin embargo, la amenaza y lo desafiante de estos eventos, no han sido denunciados a través de los diarios, radios y programas televisivos de los grandes medios de comunicación. La pregunta se torna obvia: ¿por que?

La reproducción literal de los editoriales de la prensa británica, sobre el incidente acontecido entre la embajadora argentina en Inglaterra, Alicia Castro, y el canciller ingles, William Hague, en ocasión de un acto público convocado por que el gobierno británico, por parte de Clarín, La Nación y Perfil, recorrió los mismos pasos que el tratamiento del spot sobre Malvinas.

La invitación de Castro a Hague, al interrogar a este último, respecto a si estaba listo para el diálogo, y si tenía voluntad de darle una oportunidad a la paz, fue catalogado como una “emboscada” por los medios hegemónicos., quedando en evidencia que lo que desvela a este sector de la prensa argentina, no es la integridad territorial de Argentina, sino los intereses coloniales de Gran Bretaña.

La política editorial de los grandes diarios, es sólida, no presenta contradicciones; efectivamente siempre juegan igual, lo cual puede ser observado con el tratamiento que le dieron a las repercusiones españolas al nacionalizar el 51% de las acciones de Repsol-YPF. Todo el tratamiento sobre la cuestión YPF se centró en las barbaridades que una parte de la prensa española efectuó. Reprodujo hasta el cansancio las reacciones del gobierno español, pero obvio sistemáticamente el altísimo respaldo que el pueblo argentino dio a esta medida. Siempre simpatizantes de un consenso abstracto, estos medios, no dedicaron ninguna línea al consenso que logró la política argentina en torno a la recuperación de YPF. Todas sus editoriales, nuevamente, juegan y actúan los intereses de las empresas españolas, en contraposición a los del Estado argentino, que es superador del gobierno argentino.

La coincidencia de sectores de la prensa criolla con los diarios británicos y españoles, solo puede comprenderse desde una perspectiva de intereses emparentados, o a través de poner en superficie, todo un proceso de colonización cultural y una visión eurocéntrica. Los intereses económicos de los multimedios argentinos son el único interés real, la información veraz es solo una mercancía que ellos comercializan, y si para mantener el negocio se debe sacrificar lo veraz, que así sea. Los intereses nacionales, los de las grandes mayorías, no integran las cuestiones que le quitan el sueño a los CEO de los multimedios mediáticos. 

* Massaro es secretario de Organización de la Asociación Judicial Bonaerense de Quilmes.