14-12-2011

Las viejas salas de cine siguen vivas en el recuerdo de los quilmeños

Hoy la mayoría de aquellas fábricas de ilusiones se han terminado, pero por muchas otras cosas, los que transitaron por ellas, las resisten a morir; ya que viven en el afectuoso recuerdo de sus memorias.

LA CRISTOFORO COLOMBO

A la Sociedad Italiana “Cristóforo Colombo”, la honra de haber sembrado por primera vez en el espíritu quilmeño, la hermosa idea de la mutualidad en la lucha colectiva. Fue fundada por un grupo de emprendedores residentes italianos, el 6 de mayo de 1878, reuniéndose en la calle 3 de febrero, hoy actual Leandro N. Alem.

Gracias a la adquisición de un terreno de 20 varas de frente por 50 de fondo, donado por el ciudadano inglés, Juan Davidson; quien era parte integrante de la Sociedad Italiana desde 1881, se construye el nuevo edificio social, frente a la plaza Weelwrith, ubicada en la actual calle Hipólito Irigoyen N° 566 entre Rivadavia y Alsina. Allí el 12 de septiembre de 1909, se inaugura el moderno salón de la Sociedad Cristóforo Colombo, con sus funciones de teatro, destacándose obras como: “El viejo hucha”, comedia dramática en 3 actos y en prosa, de Darthes y Damel; en la cual intervinieron notabilísimos actores como: Luis Fedeli, Miguel Vasallo, Anselmo Fufini, Alberto Lampi, Leonor Ortega y Dante Castellanelli,- o la otrora pieza de Alberto Vaccareza: “El conventillo de la paloma” y los inolvidables Amigo – Canesa.-

En 1912 se inauguraron las proyecciones cinematográficas y desde entonces la moderna maravilla del celuloide, brindó a los espectadores las primicias del cine mudo primero y luego del sonoro y hablado.

La gran sala de espectáculos, fue desde un principio la más concurrida de Quilmes, y durante muchos años el lugar obligado para la realización de festivales artísticos y teatrales, su capacidad era de 606 localidades en total y sus comodidades, no eran igualadas por ninguna otra sala local. Cabe recordar que el pianista que musicalizaba sincronizadamente con las imágenes y los argumentos de las cintas mudas, no era otro que nuestro querido fotógrafo, Don Santiago de la Fuente.

En cuanto al espectáculo cinematográfico, siempre se destacó por ofrecer en exclusividad, los estrenos de los sellos “Metro Goldwyn Mayer”, “Paramount Pictures”, “Columbia Pictures” y los nacionales “Argentina Sono Film”, “Artistas Argentinos Asociados” y “Lumitón”.

Cabe recordar que en esta espléndida sala, actuó y canto en una oportunidad, el “Morocho del Abasto”, nuestro recordado Carlos Gardel, quien fuera traído para una función a beneficio. (Sandalio Gómez), esto ocurrió el  23 de junio de 1933.

Consideró que no fue culpable la institución de que este “Cine y Teatro Colón”, tuviese un final sin gloria. Sino, lo fue la indiferencia de una sociedad, que en estos tiempos modernos, no sabemos brindar apoyo para que inmuebles o escenarios por donde transitaron tantas glorias pasadas, rejuvenecieran y reverdecieran sus viejos laureles.

El “Cine y Teatro Colón”, vio la cruel piqueta del progreso, un lunes 19 de febrero de 1968.

Colección e investigación – Profesor Fernando Luis San Martín.